Estamos a tiempo, aún...

Hay muchas formas de contaminación en nuestro mundo: El humo negro de los autos, de las fábricas, el derrame de petróleo, la basura acumulada en las calles abandonadas, los sprays, aerosoles y muchos agentes contaminantes que atacan el equilibrio ecológico y la desgastan a gran escala.
Estamos cruzando una etapa de crisis mundial. Los terremotos, los incendios, las enfermedades, los huracanes, las olas de frío y de calor están afectando seriamente nuestro planeta. Muchos bosques están siendo arrasadas por la deforestación del hombre y los incendios forestales naturales. El aire que respiramos no es el mismo de antes. Los mares y rios del mundo están contaminados en su mayoría. Hay muchos animales que están en peligro de extinción, y otras que ya no existen...

Hay zonas que todavía no son atacadas por la furia del hombre (por decirlo así) que aguardan temerosas la llegada de su salvación. Están esperando que todos recapacitemos. La Naturaleza quiere recuperarse, pero necesita el apoyo y la decisión de todos nosotros que la habitamos. No seamos ingratos con ella, recordemos que nos alberga y si se enoja, podría acabar con todos si se lo propone.
Pese a las circunstancias en que vivimos, no pierdo las esperanzas, porque todo depende de la conciencia que se forme a la nueva generación. La misión ahora se encomienda a las familias y escuelas de educación básica para que logren formar una conciencia restablecedora de nuestra tan golpeada naturaleza.